Zapiain (Astigarraga): Febrero 28, 2014

17 años sin visitar Zapiain, así que nos decidimos a repetir, a ver que ha pasado en todo este tiempo. Aunque temíamos no poder reservar Nesss lo consigue tras un curioso proceso: 1) al llamar para reservar le dicen que ya le llamarían al día siguiente para confirmar, 2) efectivamente así lo hicieron, 3) a la mañana del día de autos le vuelven a llamar para recordarnos la cita. Qué atentos!!

Asistentes: Iker, María, Hector, Violeta, Josetxu, Edu, Nesss

Previo

Nesss rescata a Edu de Bermúdez y van a Amara donde toman un trago con Josetxu al que le cuesta llegar a Donosti por un accidente en la A8. Cogemos el bus, pillamos una barra de pan ciertamente larga y estrecha (para almorzar las longanizas que ha traido Edu para celebrar tardíamente Jueves Lardero, longaniza al puchero), dejamos las bolsas donde Nesss (no cogemos paraguas porque Edu decide que no va a llover), y cogemos otro bus a Astigarraga y tomamos un trago en el Ekaitz (donde Edu comenta cruelmente que en lugar Galadriel estaba Gandalf). Vamos de paseo hasta Zapian, juntándonos poco antes de llegar con el coche de Iker y los suyos.

Sidrería

Estancia amplia con parrilla a la derecha, mesas sin bancos y de nuevo con balda inferior (algún carpintero se esta haciendo de oro). Escaleras metálicas que suben a los baños y a la cocina (todo lo que no fuera carne bajaba por un elevador de platos) dejando ver unas enormes kupelas metálicas de unos 10 metros de altura. En la diagonal opuesta a nuestra mesa, escaleritas para bajar al conocico pasillo de la muerte, con 22 kupelas (si, hemos dicho 22) de madera de las clásicas (y nos dieron a probar de casi todas, muy dificil seguir la pista pues no están numeradas).

De comer, dos tortillas de bacalao finas y redondas con bien de cebolla pochada, muy ricas y jugosas (aunque Edu destaca que un poco aceitosas; tambien echamos en falta las cayenas que antaño echaban), dos tajaditas finas de bacalao con breve muestra de pimientos verdes y rojos por persona (Edu vueve a insistir en que demasiado aceitosas), 2+1+1 chuletas ya troceadas en tiras que estaban muy ricas aunque que vinieran cortadas no gustó a los tradicionalistas, los huesos tenian 5 veces más carne de lo habitual, lo cual deja henchidos a los tocaarmónicas habituales y no habituales; de postre, aunque como ya sabemos no ponen membrillo, lo compensaron con creces un cestorrio de nueces que no saltaba un gitano y una cantidad de queso que nunca hemos visto (un plato con dos cuñas y otro con otras dos enteras y otra ya troceada). Total, 278,90 euros, 40 euros cada, por encima de la media como ya esperábamos siendo Zapiain.

Sidrería petada de gente, más joven que madura, y gabachada total, lo cual hizo que Josetxu respondiera siempre a cualquier pregunta con "oui, oui". El txotxero joven se encarga de abrir sin parar kupela tras kupela. Afortunadamente tardaban en sacar el siguiente plato, así que bebimos pero bien, incluso nos avisaban cuando ya habían sacado comida y no nos habíamos enterado. Edu ofrece morder la punta de la larga barra de pan a María de manera guarrota. Risas ante las imitaciones de acento mejicano que la mejicana no reconocía como tal. Las manos se resienten ante un inusitado afán por batir el record de Nesss de partir 5 nueces de un golpe. Edu se juega el dedo multiples veces animando a la chicas a golpearselo para partir nueces. Al final, el jefe toma el relevo al joven y acabamos teniendo una larga charleta con él sobre las cosas de la sidra y de la vida. Nos informa de la existencia cerca de los baños de unos documentos con la relación de la existencia de sidra en la provincia de Guipuzcoa de 1931-1932 que Edu se encarga de fotografiar al ir a miccionar. Fuimos los últimos en salir, para variar.

Epílogo

Paseillo hasta el Ikatza, que el viernes anterior cumplieron 25 años, y charleta con nuestro camarero favorito mientras el camarero viejuno nos confudió con otros con peores costumbres. Poco ambiente. Iker y compañía se recogen y los demas vamos a pillar el bus a Astigarraga, temerosos de que pasara antes de tiempo, como la última vez. En Hernani, bajamos en Zinkoenea porque de allí no pasaba, tragos en un vacío Aker y en un semivacío Leoka, antes de volver a casa y recenar fuet de pavo con queso y pan, que por cierto se había quedado duro como las piedras, boikot a la panadería. Y al sobre.

Gran dormida y el sabado salimos a las 14:00 con paraguas (no dejó de llover) comprobando que estos carnavales el disfraz más habitual en Hernani es el de mamarracho o txorimalo. Los pinchos, que ya comienzan con bocatilla de morros (tortilla de bacalao para el encasillado de Josetxu), destacan por lo poco dietéticos. El poteo de kalimotxos se alarga hasta las 17:30, cuando Josetxu se va a coger el bus hacia Bilbo y los demás se quedan para echar siesta larga y deciden no salir esa noche. Caldito y longaniza para cenar y ración de TV. Hay que cuidarse que al día siguiente hay otra sidrería...